Tipos de pisada: pronador, supinador y neutro (qué significan realmente y por qué no debes obsesionarte)

Cuando se habla de pisada, es habitual encontrar términos como pronadorsupinador o pisada neutra. A menudo se presentan como etiquetas cerradas, casi como diagnósticos. Sin embargo, para entender de verdad qué significan —y por qué no conviene obsesionarse con ellos— hay que partir de una idea fundamental:

La pisada describe cómo se comporta tu pie cuando soporta el peso del cuerpo.
Por eso, el tipo de pisada se define en movimiento, no en reposo.

La pisada se define caminando, no estando quieto.

El pie no es una estructura rígida. Al caminar:

  • se adapta al suelo
  • absorbe impacto
  • busca estabilidad

Por eso, observar el pie parado o fijarse en su forma no es suficiente. El tipo de pisada describe un comportamiento dinámico, es decir, lo que ocurre cuando el pie entra en contacto con el suelo y soporta carga.

Este matiz es clave para evitar errores habituales y recomendaciones simplistas.


Pisada neutra: la referencia más eficiente.

La pisada neutra es aquella en la que:

  • el tobillo se mantiene alineado
  • el pie se adapta sin exceso
  • el peso se reparte de forma equilibrada

Es, en general, la pisada más eficiente para la mayoría de personas, ya que permite una buena combinación de amortiguación y estabilidad.

Ahora bien, conviene aclarar algo importante:

Tener pisada neutra no significa que nunca vayas a tener dolor.

Factores como el calzado, el impacto acumulado, la fatiga o la estabilidad influyen de forma decisiva. La pisada neutra no es una garantía absoluta de ausencia de molestias.


Pronación y supinación: movimientos naturales del pie.

Uno de los errores más comunes es pensar que la pronación o la supinación son “malas”. En realidad, la pronación y la supinación no son buenas ni malas por sí mismas. Son movimientos naturales del pie.

Todas las personas sanas pronan y supinan al caminar. El problema no es que estos movimientos existan, sino cómo y cuánto se producen.


Qué es la pronación (y qué ocurre en el pie).

La pronación es el movimiento por el cual el pie rota ligeramente hacia dentro, esto es los dedos se orientan ligeramente hacia el centro del cuerpo. No obstante, esto ocurre en todas las personas sanar al caminar.


Cuándo hablamos de pronación excesiva

La pronación puede convertirse en un problema cuando:

  • el pie se hunde demasiado
  • el tobillo cae claramente hacia dentro
  • el movimiento no se controla bien

Esto puede provocar:

  • sensación de inestabilidad
  • sobrecarga del tobillo
  • compensaciones en la rodilla

Aquí no hablamos de “ser pronador”, sino de un exceso de movimiento o falta de control.


Qué es la supinación

La supinación es el movimiento contrario:

  • el pie rota hacia fuera
  • el arco se mantiene más alto
  • el apoyo es más rígido

En este patrón, el pie:

  • se adapta menos al suelo
  • absorbe peor el impacto

Cuando la supinación es muy marcada, el impacto puede transmitirse directamente hacia arriba, aumentando la carga sobre tobillo, rodilla o cadera.


Más allá de las etiquetas: lo que de verdad importa

Llegados a este punto, conviene quedarse con esta idea clave:

El tipo de pisada orienta, pero lo decisivo es cómo responde tu cuerpo y qué molestias tienes.

Dos personas con una pisada aparentemente similar pueden necesitar soluciones muy distintas en función de:

  • si hay dolor
  • dónde aparece
  • cuándo aparece
  • con qué calzado empeora o mejora

Por eso, obsesionarse con la etiqueta (pronador, supinador, neutro) suele ser menos útil que entender cómo se comporta tu pisada y cómo responde tu cuerpo al caminar.


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