Elegir unas zapatillas deportivas no debería ser una cuestión de moda ni de impulso. En mi caso, este blog nace tras una experiencia muy concreta: dolores articulares persistentes después de varias carreras utilizando un calzado y unos calcetines claramente inadecuados. No fue una lesión puntual, sino una señal clara de que algo no estaba funcionando bien.
A partir de ahí empecé a investigar, a leer estudios científicos y a prestar atención a un aspecto que muchas veces pasamos por alto: cómo influye el calzado deportivo en la forma en la que nuestro cuerpo absorbe las cargas.
Así nace pisadasaludable.com: con el objetivo de compartir información clara, rigurosa y útil para ayudarte a elegir mejor tu calzado y cuidar tus articulaciones desde la base: la pisada.
¿Por qué es tan importante elegir bien una zapatilla deportiva?
Cada vez que corres, caminas rápido o entrenas, las fuerzas que se generan en el impacto con el suelo se transmiten a través del pie hacia el tobillo, la rodilla y la cadera. Las zapatillas no eliminan esas fuerzas, pero sí pueden redistribuirlas de una forma más o menos favorable.
Existen muchos factores a tener en cuenta, pero en esta primera entrada vamos a centrarnos en los tres elementos claveque realmente marcan la diferencia:
- El drop
- La amortiguación
- La estabilidad y sujeción
1. El drop: diferencia entre talón y puntera
El drop es la diferencia de altura entre el talón y el antepié de una zapatilla. Aunque pueda parecer un detalle técnico sin importancia, lo cierto es que condiciona el patrón de aterrizaje del pie y la distribución de cargas en las articulaciones.
Un drop alto facilita que el primer contacto con el suelo se produzca con el talón y reduce la exigencia sobre el tobillo y el tendón de Aquiles. Por el contrario, un drop bajo desplaza parte del trabajo hacia el tobillo y el pie, incrementando la implicación muscular de gemelos y Aquiles.
Es importante señalar que un drop alto no “elimina” el impacto, simplemente lo redistribuye.
La evidencia científica respalda esta idea. Bonacci et al. (2013), en el British Journal of Sports Medicine, concluyen que modificar la geometría del calzado cambia la forma en que se reparten las cargas, pero no las hace desaparecer.
Por este motivo, un drop medio–alto suele resultar más seguro en personas no adaptadas, especialmente en quienes pasan muchas horas sentadas o no tienen una técnica de carrera muy consolidada.
2. Amortiguación: absorber impacto sin generar inestabilidad
La amortiguación se refiere a la capacidad de la mediasuela para absorber y devolver energía durante el impacto con el suelo. Su función principal es reducir los picos de fuerza y la tasa de carga, factores relacionados con el riesgo de molestias y lesiones.
Ahora bien, más amortiguación no siempre significa más protección.
El cuerpo humano se adapta constantemente al entorno. De hecho, Nigg et al. (2015), en Footwear Science, explican que el sistema neuromuscular ajusta la mecánica del movimiento para minimizar el estrés interno. Esto implica que una amortiguación excesiva puede provocar compensaciones indeseadas.
En la práctica, una zapatilla demasiado blanda puede:
- aumentar la sensación de inestabilidad,
- generar movimientos compensatorios,
- y no proteger tanto como se esperaba a nivel articular.
Por ello, la clave suele estar en una amortiguación equilibrada, capaz de absorber impacto sin comprometer el control del movimiento.
3. Estabilidad y sujeción: la base del control articular
La estabilidad y la sujeción hacen referencia a la capacidad del calzado para controlar movimientos no deseados del pie, especialmente en el plano lateral y rotacional.
Elementos como:
- un talón firme,
- un buen soporte lateral,
- y una base algo más ancha,
ayudan a mejorar la alineación pie–tibia–rodilla y reducen movimientos bruscos que pueden sobrecargar las articulaciones.
Este aspecto es especialmente importante en:
- cambios de dirección,
- entrenamiento de fuerza,
- personas con sensación de tobillos inestables.
A pesar de ello, sigue siendo uno de los factores más infravalorados a la hora de comprar zapatillas deportivas.
Una idea clave para terminar
No existe la zapatilla perfecta.
Pero sí existe la zapatilla adecuada para el nivel de adaptación de cada persona.
Drop, amortiguación y estabilidad no eliminan las fuerzas que actúan sobre el cuerpo: lo que hacen es redistribuirlas. Elegir bien significa entender cómo funciona tu cuerpo y qué tipo de estímulo puede tolerar mejor.
En pisadasaludable.com iremos profundizando en estos aspectos, analizando zapatillas concretas, desmontando mensajes de marketing y aportando criterio para que puedas cuidar tus articulaciones desde el primer paso.